Media bota de vino,
a mis espaldas
quedan atrás kilómetros recorridos,
queda atrás un desierto
donde mis demonios hablaron conmigo,
un desierto en el que me perdí.
No sé cuanto tiempo estuve perdido,
pero recuerdo casi todos mis desvaríos,
casi todas las personas que me crucé,
una gran cantidad de borracheras
donde mis compañeros de fiesta
eran mis fantasmas.
Antes de salir del desierto
tuve que cerrar un par de puertas:
no se puede dejar
escapar la arena del desierto
es de donde vengo,
a donde quise ir
y el lugar
donde los espejismos de amor
dejaron de ser espejismos.
Esta noche
con un poco de camino por recorrer
y media bota de vino a la espalda
me he separado.
Una parte de mi
se fue andando
por distinto camino,
con el odio y la venganza evaporados.
Yo
me fui por otro lado,
y supongo
que algún día
me tocará
volver a otro desierto no conocido.