Hemos
aglutinado en su nombre
las vilezas
humanas;
tenemos mil
formas de matarlos;
niños que
investigan la vida
se asombran
con sus estertores;
algunas
personas los huyen
como si en
su minusculidad
estuviera
concentrado todo lo peligroso;
enfermedades
psicológicas
llevan su
nombre…
Yo creo que
toda esa denostación
es por el
miedo inconsciente
y real
de que los
insectos
son nuestra
competencia biológica directa:
sobrevivirán
a nuestro autoexterminio
y dominarán
el mundo.