Son quién no quieren
y no quieren ser lo que quieren
y por el camino te zarandean con sus demonios
te salpican de barro para
ensuciar quién tu eres
y quién te gusta ser.
Viven en su círculo tormentoso
sin soportar que seas torbellino
cuando intentas moverles
te gritan
te insultan
te desprecian
hasta que decides dejarles inmóviles
y te alejas escuchando sus insultos por desesperados.