martes, 20 de octubre de 2015

Wasap es el demonio

Antes con el sms, la triste llamada de voz, o el quedamos y nos vemos,
no existía la prisa por el contacto,
el wasap sacó la prisa de nuestros corazones:

Lo que era un esperar sin contacto, más que sentir al otro dentro de uno mismo,
hoy es la incapacidad de esperar a verle,
de esperar a contar lo importante con una sonrisa,
o con cara de jilipollas
ahora es un recibir palabras e interpretarlas de acuerdo al estado de ánimo
propio.

Y yo me cago en el wasap,
y en la puta prisa que nos ha metido,
y me encantaría que mis amigos volvieran a llamar al telefonillo
para ver si estoy.

Y de paso, me cago en la cara de retruecano que se me ha quedado.

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