jueves, 6 de octubre de 2022

La soledad del torreta Ii

 Suena el timbre en septiembre,

los canalones desafían el vértigo 

de los secretos a media noche.

Las hojas obstruyen

las limpiantes aguas del Otoño, 

los silbidos

son osos atascados en la tuberías.

No mires atrás, 

ya el aire ha cambiado 

y la luz,

hasta los Aviones vienen a despedirse.

Silvia, desenrreda los sonidos

con agujas de tiempo, 

tiempo que se ríe de tu efimeridad.

Nacen perrijos en las escaleras

como casas de apuestas en los suburbios, 

la lluvia no consigue sacar el olor

a orín de perro, 

los pies del refugiado imploran zapatos

su hambre no sabe de plusvalías, 

los ciclistas pedalean sus bilis

mientras yo sonrío.

En los barrios altos, las señoras, 

pasean lagartos de cola roja;

envian paquetes de caridad con lazo.


-Sonríe, por lo menos nos quedan las nubes

y los merodeadores desnudos.

-Yo preferiría que los merodeadores 

vistieran con trajes regionales.


Llueve ruido y septiembre 

deja los sumideros empapados en pájaros.

Tras las inundaciones 

los yates se asoman a los suburbios 

buscando el penúltimo selfie


3 de septiembre, 2021, a dos cabezas with Sara



La soledad del torreta III

 Una avispa, a modo de embajadora,

vino a despedirse,

ahora, esta noche que parece en el desierto

nos dice que se acaba o no.

 Acompañada por cánticos de despedida

dice muda vibración, 

en el remanso de la altura.

Mira simple, curiosa, la Luna.

Parece que estamos solos

pero la ciudad sigue zumbando,

el Cárabo, el Chotacabras, sapos y ranas;

nos acompañan. 

No hay desierto aéreo 

en este lugar sin sueño.

¡No duermas!

Canta si es preciso.

No duermas

Lo peor, pese al sueño,

las inclemencias, vivir en un metro cuadrado, ...

es tener que despedirse 

y cerrar la puerta 


A dos cabezas with Sara