Una avispa, a modo de embajadora,
vino a despedirse,
ahora, esta noche que parece en el desierto
nos dice que se acaba o no.
Acompañada por cánticos de despedida
dice muda vibración,
en el remanso de la altura.
Mira simple, curiosa, la Luna.
Parece que estamos solos
pero la ciudad sigue zumbando,
el Cárabo, el Chotacabras, sapos y ranas;
nos acompañan.
No hay desierto aéreo
en este lugar sin sueño.
¡No duermas!
Canta si es preciso.
No duermas
Lo peor, pese al sueño,
las inclemencias, vivir en un metro cuadrado, ...
es tener que despedirse
y cerrar la puerta
A dos cabezas with Sara
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