No voy a remover lo malo que pasó, porque casi no puedo recordar lo bueno.
Ahora estamos solos en esto; en recomponer nuestro corazón y mirar a la vida con una sonrisa. Mi dolor es mío y ni te incumbe ni debería causarte compadecimiento, igual que aùn sabiendo de tu dolor no viviré en él sino que miraré el mío hasta que deje de existir. Me llevo un montón de gestos que ya son míos pero me recuerdan a un nosotros, primero crean una sonrisa que acabo transformando en el amargor de lo que pudo ser.
La historia sigue adelante, sólo me queda aprender de ella y dejar el rencor fuera.
Y no sobra decir que te deseo lo mejor del mundo, y que seas feliz porque te sigo amando y amar es hacer feliz a la otra persona o por lo menos dejar que sea feliz.
Espero que seas feliz.
Esto no es poesía, vivirlo es un poema.
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